¿QUÉ ES LA MEDIUMNIDAD?
En
el futuro, incluso en la actualidad, los investigadores ya no tendrán
que ir a ciegas porque les bastará consultar a los Maestros de Luz para
ir directamente al descubrimiento evitando todos los errores tan
comunes.
Por
ejemplo, ¿cuánto hace que los paleontólogos están tratando de descifrar
por qué se extinguió el mamut? Nosotros lo preguntamos y el propio
Maestro Jesús, actual Logos Solar, nos lo reveló: todas las especies
tienen un código genético individual y otro propio de la raza, que
establece su duración.
¡Y la raza se extingue simplemente cuanto se le acaba el tiempo previsto por su código genético!
La
transmisión telepática es algo tan sencillo como hablar por teléfono,
con la diferencia de que el médium no sólo transmite sino que también
traduce los conceptos o ideas de las entidades espirituales al lenguaje terrestre.
Naturalmente que cuanto más preparado se encuentra el médium, mayor fidelidad habrá en las transmisiones.
Los
espíritus, es decir, las entidades espirituales, moran en los planos
vibratorios más sutiles que el físico, se comunican a través de la
telepatía y no con palabras como lo hacemos en el plano físico.
Entonces,
en definitiva, el médium actúa como una especie de centralita que
transforma los sonidos o vibraciones espirituales en palabras para que
nosotros podamos entender el mensaje o dialogar con la entidad que en
ese momento utilice al médium como receptáculo.
No
existe ningún inconveniente en sustituir la palabra telepatía por
mediumnidad, pero en ocasiones es preferible hablar de telepatía para
evitar la confusión con aquellas doctrinas que han bastardeado la
mediumnidad, reduciéndola a una absurda comunicación con los "muertos".
En
cuanto al Espiritismo, lo único que se le puede cuestionar es que los
mensajes que se reciben, en razón de la baja categoría de los médium, no
son de entidades de Luz, es decir, de los planos 4 y 5, sino de los
planos espirituales del Error, o sea, de los planos 2 y 3.
Muy rara vez los Maestros de Luz se comunican a través de los médium que militan en el Espiritismo.
El
Espiritismo, pues, no es cuestionable porque la comunicación sea falsa
sino porque la comunicación es de baja categoría, y es contra este tipo
de comunicación que los Guías espirituales siempre han advertido a sus
fieles.
El
Tablero Ouija, por ejemplo, que tantas personas consultan y que tanta
perplejidad causa tanto en los científicos como en los propios
consultantes, no es más que las respuestas que dan los espíritus del
Error de los planos 2 y 3, nunca de los planos de Luz 4 y 5, por lo que
no se puede tener ninguna confianza en ellas, máxime que por lo general
dichos espíritus mienten a propósito, precisamente a causa de su baja
moral.
En
el caso del Grupo Elron la situación es distinta, porque su director,
el profesor Jorge R. Olguín, que opera como médium, es una altísima
entidad encarnada —Johnakan Ur-el—, perteneciente a la Jerarquía
Planetaria (en una vida anterior apareció como Juan Zebedeo, el amado
discípulo de Jesús, y anteriormente como Ananda, primo y discípulo de
Buda).
Johnakan
Ur-el, en la actualidad, se encuentra en el máximo plano de Luz, el 5º,
y en el máximo subnivel, el 9º (el mismo lugar en que se encuentra el
Maestro Jesús).
El
5º plano es el máximo para los espíritus, porque ya el 6º pertenece al
nivel angélico. Los planos 5º y 6, cabe aclarar, tienen el mismo grado
vibratorio, por lo que ninguno es superior al otro.
Siendo,
por lo tanto, el profesor Olguín una altísima entidad, su mediumnidad
es tan elevada que es uno de los cuatro médium que en la actualidad
pueden incorporar la Energía Crística (el Cristo, que actualmente es
Logos dimensional, 7º plano vibratorio), y el primero y único hasta la
fecha que incorporó a un Elohaj (8º plano vibratorio).
La
fidelidad de su transmisión, por lo tanto, también es elevadísima,
alcanzando alrededor del 95 %, proporción que aumenta a casi el 100 %
cuando posteriormente escucha y corrige la grabación de los mensajes.
Muchos
Maestros —o autotitulados Maestros—, a quienes siguen muchísimas
personas, si bien son bienintencionados repiten mecánicamente las mismas
enseñanzas que han dado otros Maestros de Luz, sin agregar nada nuevo.
Esto
no es correcto porque en definitiva se engañan a sí mismo y engañan a
las personas que los siguen, ya que en esta época, prácticamente la del
Tercer Milenio, deben darse las nuevas enseñanzas, y la única vía para
saberlas es la comunicación telepática con al Altas entidades
espirituales, sean los integrantes de la propia Jerarquía Planetaria o
las que ésta autorice, incluso de otros sistemas solares.
¿Qué
es entonces, en definitiva, la mediumnidad? La mediumnidad es la
manifestación característica del espíritu inmortal, y no el fruto de
sensibilidades o anomalías del sistema nervioso. Es una facultad que en
su percepción psíquica se engrandece en la misma medida en que
evoluciona y se moraliza el espíritu del hombre.
Su expresión más elevada fue la cesión que hizo el Maestro Jesús de su cuerpo para que lo utilizara la Energía Crística.
La
mediumnidad es un recurso que faculta el intercambio entre los “vivos”
del plano físico y los “muertos” del otro lado, y sirve como puente o
ligazón para que Altas entidades espirituales como Cristo (actual Logos
dimensional), Jesús (actual Logos Solar), Johnakan Ur-el (Juan Zebedeo,
el discípulo amado y alma gemela de Jesús), Siddharta, Saint Germain,
Krhisna, Confucio, Sócrates, Allan Kardec, Ronald Hubbard, etc., presten
con sus oportunos mensajes un valioso servicio a la humanidad.
Esta
aseveración pretende disipar el error muy común de creer que los
líderes espirituales, después de abandonar el cuerpo físico, se
desentienden totalmente de la suerte de aquellos discípulos o seguidores
que guiaron en la tierra.
La
mediumnidad es un fenómeno resultante de la hipersensibilidad psíquica
que en el presente surge entre los hombres, en concomitancia con el fin
de la “Era de la Materia” y el umbral de la “Era del Espíritu”, etapa en
la que los seres humanos se verán impulsados, como un imperativo
determinado por la evolución del planeta, hacia el estudio y cultivo de
los bienes de la Vida Eterna.
Debe
tenerse en cuenta que aunque muchos movimientos filosóficos o
espiritualistas no utilicen la palabra “médium” (para distinguirlos,
quizás, del tan cuestionado espiritismo), sus mediadores no dejan de
encuadrarse en la técnica sideral de la manifestación mediúmnica cuando
captan los mensajes directamente de sus maestros o por vía de la
intuición, como lo hacía hace dos mil años Jesús, por ejemplo, o más
recientemente Ron Hubbard, genial fundador de la anterior técnica.
En
estas circunstancias se encontraban también como médium el reverendo G.
Vale Owen, protestante, cuando recibía los mensajes mediúmnicos de su
progenitora en la sacristía de su Iglesia, y Alice A. Bailey, que
psicografiaba en el ambiente iniciático las orientaciones del Maestro
Tibetano.
Eran
médium, asimismo, la fundadora de la Sociedad Teosófica Helena P.
Blavatsky y también muchos de sus afiliados, como el obispo anglicano
Leadbeater y Geoffrey Hodson.
Los profetas eran médium poderosos (Jonás, Isaías, Jeremías, Ezequiel y muchos otros).
En
la esfera católica eran también efectivos médium Santa Teresita,
Antonio de Padua, Don Bosco y Vicente de Paul, por citar solamente a
algunos.
Más
allá, entonces, de cualquier denominación o interpretación dada a este
tipo de manifestaciones por las instituciones filosóficas o
espiritualistas (“gracia”, “milagro”, “don profético”, etc.), todas son,
en esencia, fenómenos mediúmnicos.
En el libro de Alice A. Bailey Tratado de los Siete Rayos, editado en 1936, en la pág. 154 se lee:
“Con
el tiempo se establecerá comunicación, por medio de la radio, con
aquellos que han pasado al más allá, y esto se convertirá en una
verdadera ciencia”.
Y en la pág. 155 se dice:
“En
las próximas décadas la ciencia penetrará más hondamente en el reino de
lo intangible y trabajará con médium y aparatos hasta ahora
desconocidos. Se descubrirán los medios que facilitarán el contacto con
los que actúan fuera del cuerpo físico, y un grupo de médium operará
como intermediario para un número de científicos que están en el más
allá y aquellos que aún tienen cuerpo físico”.
Ese tiempo profetizado es ahora.
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