Antiguamente dos eran los medios más usados para encontrar las cosas o animales perdidos o hurtados. Uno, a base de horóscopos astrológicos que tan sólo unos cuantos estudiosos podían componer. La otra, mucho más "rústica", pedir a los santos o espíritus su ayuda.
Comenzaremos por una de las más "groseras" y chistosas, pero de gran sencillez e ingenuidad. Seguiremos con dos algo más "serias" y muy utilizadas antiguamente. Según las trascribo, pongo mi atención para que todos ellas nos ayuden a buscar nuestras causas y cosas perdidas. Tu también puedes utilizarlas y confiar en que esos espíritus que nos rondan, esos antepasados, si se lo pedimos con el corazón, nos ayudarán. No se te olvide darles las gracias anticipadas. Las mías van por adelantado: GRACIAS.
"San Cucufato, los cojones te ato y hasta que no aparezca (hay que decir la cosa) no te los desato".
Perdido mio, a Dios te encomiendo y a la luz y a la Santa Vera Cruz y al señor de las verdades, y así como esto es verdad, que se ha perdido esta cabalgadura te ruego y le pido a estos Santos que no tenga peligro ninguno, no tenga desgracia de los animales malos que andan por esos campos hasta que aparezca delante de su dueño.
San antonio de Padua al monte subisteis, vuestro santísimo breviario perdisteis, tres pasos atrás disteis, en las manos de mi señor Jesucristo lo hallasteis, tres dones le demandasteis, que lo perdido fuese hallado y lo alejado cercado y lo ausente presente, así señor San Antonio de Padua me otorguéis esto que os pido.
Toda ayuda es bien recibida para buscar causas perdidas y poder guiar a las almas perdidas hacia la luz.
Rezos extraidos del libro: Testigos del prodigio
De Jesus Callejo y José Antonio Iniesta.
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